Este fin de semana hemos acercado el libro ‘Todos los cuerpos bailan’ a la jam que organiza la comunidad de Donosti. Treinta personas acudieron, el 1 de octubre, al encuentro matinal de Danza Contact Improvisación que se celebra, dos veces al mes, en una sala preciosa que está situada junto al espectacular centro de exposiciones Tabakalera.
La experiencia fue hermosa. Buena parte de quienes siguieron la intro que les propuse eran personas que estaban iniciándose en la práctica. Antes de la introducción que facilité y que ponía el foco en el peso, cumplimos con el ritual de iniciar la jam con una rueda. ¡Qué buena costumbre la de ponerse en un círculo y emplear la palabra! Esta forma breve de presentar el encuentro a las participantes hace más sencilla la comprensión de lo que se está viviendo, al tiempo que permite dar unas pautas mínimas de acuerdo colectivo para que todo transcurra en un ambiente de seguridad y confianza.
Fue una gozada compartir danzas con cuerpos distintos, personas con viajes por el contact muy diferentes, pero que estaban allí dispuestas a entregarse a la práctica. Al final de la jam, volvimos al círculo para compartir lo que habíamos vivido. Fue muy interesante oír experiencias de todo tipo. Yo también pude compartir cómo en mi libro he recogido esta riqueza de planteamientos. Y aunque, “no todo vale”, hay que reconocer que los cuestionamientos, las preguntas, han sido motores de evolución del contact durante sus 50 años de existencia.
Experiencias diversas
Una jam, en mi opinión, es un espacio de investigación, creación y juego en consonancia con los principios básicos de las Danza Contact Improvisación. Pero, en realidad, cada participante se acerca a estos encuentros desde inquietudes muy distintas. Hay quienes lo entiende como un espacio de relación, porque ven en el CI una “danza social”; otras personas ansían aprender la práctica, en vez de formarse en clases, talleres o festivales. Para otras personas es una oportunidad para dar rienda suelta a la liberación de su cuerpo en movimiento y en contacto, e incluso, interpretan que una jam es algo parecido a una fiesta de emociones desbocadas…
En ‘Todos los cuerpos bailan: viaje por la Danza Contact Improvisación’ dedico un capítulo entero a analizar, a partir de diferentes voces, qué es lo que buscamos en una jam. Se titula ‘Jam: del ruido a la escucha’. Yo sostengo que las jams deberían ser “un espacio democrático y plural en el que se celebra la diversidad”. Y sin embargo, lo que no puede faltar es la Danza Contact Improvisación: una práctica basada en el intercambio de peso, el contacto de los cuerpos y la improvisación. Se trata de un diálogo con otros seres danzantes, con la gravedad, con el suelo y con el aire que me circunda, que tiene su foco en la fisicalidad y en la escucha (de mi cuerpo y de los otros cuerpos).